martes, 19 de mayo de 2009

Yo también sé condenar


"Cuando no puedes hablar de todo lo que debes hablar, estás enfermo. Y eso fue lo que pasó en la sociedad española. Se optó por el no pasa nada, por el nunca pasa nada" (Carlos Castilla del Pino, D.E.P.)

A todos aquellos que formamos parte o simpatizamos ideológicamente con la izquierda revolucionaria, especialmente si lo hacemos desde planteamientos soberanistas-independentistas, desde el Estado se nos pide una condena para dejar de ser sospechosos de terrorismo. Una condena acrítica, irreflexiva, sumisa, servicial, lacaya, arrodillada. Una condena de sentido único, sin posibilidad de matices de ningún tipo. Una condena impuesta mediante el taladro, el taladro que atraviesa y agujerea consciencias. Una condena que limpie de sangre nuestras manos incluso mucho antes de haberse manchado y hasta en el supuesto más que real de que nunca llegarán a mancharse. Una condena que condene lo que ellos, los poderosos, los educados moralizantes, los líderes de bien que están para regir la vida de los hombres de bien, quieran que condenemos, y sólo eso, y nada más que eso. Una condena que purifique nuestras almas junto al aire que respiramos so peligro de estar contaminado por los virus que emiten unos señores con capucha que no conocemos de nada ni hemos visto jamás. Una condena, en definitiva, que condene la violencia. Si no lo hacemos podemos y debemos ser declarados ilegales, ciudadanos sin derechos políticos ni civiles que nos permitan participar en la vida democrática.

Está bien, haré caso de lo que me piden, condenaré la violencia… la violencia del Estado fascista español. No una vez, ni dos, ni tres, si no todas las veces que sean necesarias, donde sea necesario, cuando sea necesario, ante quien sea necesario. Condenaré sin paliativos la violencia del Estado, la peor de las violencias posibles porque suele estar amparada por la ley vigente y salir impune. La gran violencia. La violencia de corbata y chaqueta. La violencia educada en los valores de quienes mueven los hilos tras las sombras de esto que llaman democracia y no lo es. La violencia gestada en las catacumbas del poder burgués. La madre de todas las violencias. La más sucia de todas las violencias. La violencia política del Estado y sus lacayos, yo la condeno. La condeno vigorosamente en todas sus formas:

Condeno que se ilegalicen ideas en nombre de la Democracia, por ser algo contradictorio en sus propios términos.

Condeno que no se ilegalice la monarquía borbónica pese a haber sido puesta a dedo por un Caudillo asesino, y nunca más consultada en su legitimidad al pueblo supuestamente soberano.

Condeno que el Estado Español criminalice mis ideas pacíficas y humanistas y me deje sin el derecho de poder votar por la coalición electoral que las iba a representar en estas elecciones al Parlamento Europeo supuestamente democráticas.

Condeno que se declare ilegal una coalición de partidos y organizaciones sindicales cuyas organizaciones integrantes, por separado, son todas ellas completamente legales, y cuyos candidatos no tienen ninguno algún tipo de antecedente penal por estar vinculado con algo semejante a la lucha armada.

Condeno que la doctrina jurídica del Estado Español para llevar a cabo estas ilegalizaciones se fundamente en un intolerable maniqueísmo reduccionista del tipo “o estás conmigo o estás contra mí”, “estás con los votos o estás con las bombas”, como si no hubiese posturas intermedias que se puedan defender de manera pacífica y democrática, desde el más estricto derecho a la libertad de expresión y de consciencia.

Condeno que el Abogado del Estado, la Fiscalía General, el CGPJ, el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y demás instancias del Poder Judicial que actúan, por acción u omisión, en estos procesos de ilegalizaciones, sean elegidos a dedo por los partidos políticos mayoritarios que luego se acabarán repartiendo como auténticos carroñeros las migajas de los votos que no habrán podido emitir en libertad los ciudadanos que tenían pensado apoyar las listas electorales ilegalizadas, o que hacen del enfrentamiento político con estas listas su modus operandis por excelencia para poder llegar hasta los sentimientos más irracionales de cierta parte de la ciudadanía.

Condeno que un reconocido luchador antifranquista, reprimido y acosado por el Estado Español durante décadas, no pueda presentarse como número uno de una candidatura electoral porque esa candidatura será ilegalizada al estar "contaminada", mientras un sujeto que ha hablado sin tapujos de lo bien que vivían los españoles bajo el mando del Caudillo, lo bien que funcionaban las cosas bajo aquel régimen tirano, que ha expresado públicamente su respeto y admiración por aquel orden político causante de cientos de miles de asesinatos y desaparecidos, se pueda presentar alegremente como número uno de otra lista electoral y no haya nadie dispuesto a ilegalizarla por ello.

Condeno que señores, ciudadanos libres, con supuestos derechos civiles y políticos, que no están imputados por ningún delito, ni de sangre ni de ningún otro tipo, no puedan presentarse libremente a unas elecciones supuestamente democráticas, mientras sujetos que cargan a sus espaldas con graves imputaciones como el señor Camps o el señor Fabra, no sólo pueden presentarse cuando quieran en la candidatura que quieran, sino que ostentan el poder de puestos institucionales de envergadura y nadie habla de ilegalizarlos o de anularles su capacidad para gobernar lo público.

Condeno que participar en un acto organizado por la Izquierda Abertzale, escribir artículos en Gara o firmar un manifiesto de apoyo en favor de un proceso dialogado que sirva para poner fin a la violencia en Euskal Herría, puedan ser considerados por los abogados del Estado como motivos suficientes que impliquen la ilegalización de una candidatura electoral, mientras los partidos que organizan manifestaciones xenófobas y vitorean en ellas, ante la misma mirada de la madre del asesinado, loas al asesinato a sangre fría de un joven de 16 años antifascista, sigan siendo legales y se puedan presentar libremente a cuantos procesos electorales deseen.

Condeno que se anulen los derechos políticos y civiles, para poder elegir y ser elegidos en unas elecciones libres, a todos aquellos ciudadanos que previamente hayan formado parte de alguna candidatura o lista electoral ilegalizada, aun cuando no se los pueda condenar penalmente por la comisión de delito alguno, ni tengan restringidos estos derechos por una sentencia en firme de algún tribunal.

Condeno que sean los acusados en estos procesos de ilegalización quienes tengan que demostrar su inocencia y no la acusación que los está impulsando a ser procesados quien tenga que demostrar la culpabilidad, como ocurre en cualquier otro procedimiento judicial amparado en el derecho del acusado a la presunción de inocencia.

Condeno a los demócratas de dudosa moralidad que se escandalizan, se indignan, se sienten humillados y consideran vulnerados sus derechos ciudadanos cuando unas cuantas miles de personas, en su legítimo derecho a la libertad de expresión, silban al himno español, pero luego no mueven un dedo, e incluso son capaces de aplaudir y vitorear, cuando es el Estado quien lleva a cabo la conculcación de los derechos políticos de miles de ciudadanos honrados simplemente por ser de izquierdas, anticapitalistas, estar a favor del derecho de autodeterminación de los pueblos y en contra de la ley de partidos.

Condeno a los medios de comunicación que el mismo día que se está cometiendo en España la mayor tropelía jurídica contra la democracia y los derechos políticos de sus ciudadanos que se recuerda en décadas, son capaces de sacar un editorial acusando al legítimo Jefe de Estado Venezolano de ser un Caudillo y de estar acabando con cualquier muestra de oposición organizada a su gobierno en Venezuela, esos mismos medios de comunicación que si esta misma tropelía jurídica la hubiera hecho Chávez estarían llamando poco menos que al Golpe de Estado, pero que ahora callan como putas, pues han sido ellos mismos quienes han promovido la ilegalización desde sus páginas, micrófonos y cámaras de televisión.

Condeno que el mismo gobierno que acusa a un grupo de intelectuales, activistas políticos y sociales con muchos años de lucha a sus espaldas, sindicalistas de base y algunos miembros pertenecientes al ámbito de la cultura de dar cobertura al terrorismo, venda armas al Estado que practica el terrorismo más escandaloso y descarado del mundo: Israel. Armas que a posteriori sirven para segar la vida de miles de civiles inocentes.

Condeno que el mismo ministro que ahora lidera el proceso de ilegalización, fuese parte en su momento de los gobiernos que ampararon, financiaron, y protegieron al GAL y sus mercenarios, y a pesar de ello nadie lo haya ilegalizado para ejercer la política y no poder asumir cargos de responsabilidad pública.

Condeno que toda lucha acerca de la cual ETA exprese una posición favorable sea usada por el gobierno y el poder judicial español para anular los derechos políticos y civiles de quienes apoyan esas mismas causas desde otras posiciones políticas pacíficas y democráticas que nada tengan que ver con esta organización, ya sea la defensa del derecho de autodeterminación, o la oposición a proyectos como la Y Vasca, la central nuclear de Lemoniz, el embalse de Itoiz, o a leyes fascistas como la ley de partidos.

Condeno que se acuse de ser de ETA a quienes el Estado no tiene las pruebas suficientes y necesarias como para poder establecer un proceso legal contra ellos por ese motivo, salvo que lo hagan a través de procedimientos aberrantes como el sumario 18/98.

Condeno que los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales del Estado nos tomen por tontos a los ciudadanos, usando la excusa de ETA para ilegalizar a una coalición electoral que nada tiene que ver con ETA, y que ha dicho por activa y por pasiva que únicamente apuesta por las vías pacíficas y democráticas para alcanzar sus objetivos, y dé por hecho además que nos vamos a creer tal excusa sin rechistar, como si viviésemos todos en un Estado de shock permanente que nos hubiese dejado idiotas.

Condeno que no condenar a ETA de manera completamente acrítica, irreflexiva, sea motivo para anular los derechos políticos y civiles de un ciudadano, aunque tal ciudadano no pertenezca a ETA, no apoye a ETA y jamás en la vida llegase a utilizar los métodos de lucha armada que utiliza ETA.

Condeno que el Estado Español incumpla su propia Constitución (Artículo 16.2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias) obligando a hacer declaraciones sobre sus ideas políticas personales, sobre si condenan o no condenan a una determinada organización armada, a los ciudadanos que quieran formar parte de una candidatura electoral si tal candidatura es sospechosa de formar parte del “Entorno de ETA”, aunque el programa o el manifiesto de esa candidatura no haga alusión en ningún momento a nada que tenga que ver con la lucha armada o la violencia, y, por el contrario, sí deje claro que apuesta únicamente por las vías pacíficas y democráticas para conseguir sus objetivos políticos.

Condeno la aberración jurídica que supone el hecho de que la antidemocrática ilegalización ad hoc de Batasuna funcione a su vez como red y fundamento para poder ilegalizar cualquier cosa que se haya movido en un radio de 1000 km a la redonda en torno a ella, sin más argumentos jurídicos que razonamientos metafísicos del tipo “banderín de enganche” o “contaminaciones”.

Condeno el hecho de que aunque Batasuna diga que no tiene nada que ver con una determinada candidatura y la candidatura a su vez diga que no tiene nada que ver con Batasuna, esto no sea motivo alguno para impedir que la justicia española considere a esa candidatura como “sucesora de Batasuna”, y nadie en la candidatura pueda hacer nada para que prevalezca la verdad y se reconozca justamente lo contrario.

Condeno que los ciudadanos libres no puedan asistir a un acto convocado por la Izquierda Abertzale o pedir el voto para una candidatura propulsada oficialmente desde la Izquierda Abertzale, so pena convertirse en un apestado político sin derechos civiles y políticos de tipo electoral, mientras cientos de curas siguen dando cada año misas en nombre de Franco por todo el Estado y en el folleto para la declaración de la renta aparece una casilla mediante la cual los ciudadanos pueden financiar con una parte de sus impuestos a esta institución cómplice con un régimen fascista que jamás han condenado.

Condeno que las editoriales y artículos publicados en los medios de comunicación de izquierdas (Gara, Rebelión, Kaosenlared, etc.) por ciudadanos libres con supuestos derechos de libertad de expresión y de consciencia, puedan ser convertidos por la Fiscalía o la Abogacía del Estado en pruebas de cargo con las que promover la ilegalización de una lista electoral que no apoya la lucha armada, bajo la supuesta acusación de ser un instrumento en manos de ETA por haberse dicho tal o cual cosa en esos editoriales o artículos de prensa en medios que el Estado presupone que son cercanos a ETA o que no condenan a ETA.

Condeno que defender la homofobia, el racismo, la xenofobia, el nazismo y todo el fascismo en general sea completamente legal, mientras la defensa del derecho de autodeterminación de los pueblos o el estar en contra de la ley de partidos se convierte en una muestra inequívoca para la justicia de estar contaminado por ETA y, por tanto, prueba suficiente para poder ilegalizar listas electorales.

Condeno que quienes defendemos el derecho de autodeterminación de los pueblos y nos oponemos a la ley de partidos nos tengamos que pasar la vida condenando a ETA para no ser sospechosos de terrorismo, en una caza de brujas constante al más puro estilo McCarthy.

Condeno que aquel que no condene públicamente al Estado de los GAL, las torturas policiales, la venta de armas a Israel, la Guerra de Yugoslavia, Iraq o Afganistán, no sea, por la propia lógica jurídica de tal Estado, sospechoso de amparar y defender al terrorismo.

Condeno que no aceptar preguntas durante una comparecencia pública pueda ser usado por un alto estamento jurídico del Estado como argumento que demuestre la vinculación de los comparecientes en tal acto con ETA, simplemente porque los mismos hayan sido ya previamente juzgados y condenados por la Santa Inquisición mediática Española como etarras o proetarras.

Condeno que los poderes judiciales no investiguen y saquen a la luz pública a los avalistas de candidaturas presentes en estas elecciones al Parlamento Europeo como pueden ser Falange o Democracia Nacional, para que así los ciudadanos podamos conocer que partidos con representación institucional en el Estado están avalando el fascismo, el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Seguro que nos llevaríamos algunas "sorpresas".

Condeno que Franco llevase razón cuando dijo aquello de “lo dejo todo atado y bien atado”, que la mal llamada transición española no haya sido más que una farsa tras la cual se sigue escondiendo el rostro del fascismo, de un fascismo insaciable que no permite la disidencia ni acepta que haya una oposición real contra sus dogmáticos principios políticos, ecomómicos y territoriales.

Y finalmente me condeno a mí mismo. Sí, a mí mismo, porque después de leer las demandas presentadas por la Abogacía del Estado y la Fiscalía, así como el auto del Supremo, me he dado cuenta que soy un ser absolutamente despreciable, abominable e inmoral. Un monstruo sin decencia, ni humanidad. Apoyo el Derecho de autodeterminación y he dado mi firma para un manifiesto en favor de Iniciativa Internacionalista, por tanto apoyo a ETA o, como poco, soy miembro del “entorno de ETA”. Por otro lado, recientemente he acudido a actos donde se han lanzado consignas contra el Estado de Israel y en favor de la lucha del pueblo Palestino, por tanto apoyo igualmente a Hamás o soy parte del “entorno de Hamás”. También he estado en alguna conferencia en la cual se hablaba de la situación en Afganistán y se atacaba sin piedad al ejercito de los EEUU, por tanto apoyo además a los Talibanes o soy parte del “entorno de los Talibanes”. Además he visto algún que otro documental en que se ponía en duda la versión oficial del 11-S y se analizaban algunas de las causas estructurales que hay detrás del movimiento yihadista internacional, por tanto también apoyo a Al Qaeda o soy miembro del “entorno de Al Qaeda”. Y por si todo esto no fuese suficiente, me considero socialista y creo en la utopía revolucionaria, por tanto directamente apoyo a los Jemeres Rojos, Sendero Luminoso, los GRAPO, las BR, las RAF, los gulags de Stalin, etc., o soy parte del entorno de todos estos. Entre todos los grupos que apoyo o de cuyo entorno formo parte, los muertos y ejecutados se pueden contar por millones. Casi nada.

Eso sí, a pesar de todo ello, a pesar de que soy un ser indecente, condeno al que me condene y os obligo a los demás a condenar a cualquiera que se atreva a condenarme, que yo también sé moverme en la lógica de este Estado fascista en el cual habito. Es más, qué coño, os condeno a todos de antemano, por si acaso. Desde este mismo momento pasáis todos a ser sospechosos de defender la violencia y el terrorismo de Estado. Condenados quedáis.

sábado, 16 de mayo de 2009

El insaciable fascismo español


Como ya deben saber, el Tribunal Supremo Español ha confirmado finalmente la anulación de la lista electoral para las elecciones europeas "Iniciativa Internacionalista-La solidaridad entre los pueblos", supuestamente por ser una lista sucesora de Batasuna, en una decisión que podemos considerar, sin duda alguna, como la mayor tropelía jurídica, junto al famoso proceso 18/98, que se ha cometido contra la democracia y los derechos políticos y civiles de los ciudadanos del Estado desde el fallido intento de golpe de Estado de 1981. Es una auténtica vergüenza que pone de manifiesto muy a las claras el rostro absolutamente fascista que se esconde tras la falsa democracia española, un régimen monárquico heredado directamente del franquismo y que sigue operando como tal bajo los mismos parámetros ideológicos que su antecesor, sin ningún pudor ni remordimiento, con la más absoluta indecencia e impunidad. Si esto mismo lo hubiese hecho el gobierno de Venezuela, por poner un caso, con alguna lista opositora, mañana mismo habría llamamientos al Golpe de Estado en todos los diarios españoles. Pero como ocurre en España, la democrática España, lo que habrá mañana serán vítores y aplausos a la decisión.

Para quien no lo sepa aún, la lista ahora anulada era una coalición a nivel estatal de partidos políticos anticapitalistas de izquierdas, algunos de ellos vinculados con el nacionalismo soberanista y otros con la izquierda socialista y republicana a nivel estatal. En sus filas se encuadraban una amplia variedad de personas, desde famosos intelectuales de reconocido prestigio, a activistas políticos con muchos años de lucha a sus espaldas, sindicalistas y algunos independientes pertenecientes al mundo de la cultura. Ninguno de ellos ha apoyado jamás la lucha armada de ETA como tal. En todo momento han dejado claro además que la candidatura se desvinculaba del apoyo a cualquier tipo de lucha armada. II no apoya la lucha armada, no tiene nada que ver con la lucha armada, es una coalición política de organizaciones y partidos anticapitalistas que defienden unos determinados valores políticos, entre los cuales no se incluye la lucha armada. Pero de nada les ha servido para evitar la anulación de sus listas, el fascismo español es insaciable.

De todos los miembros de la lista, únicamente uno de ellos, el dramaturgo Alfonso Sastre (el dramaturgo vivo más importante del mundo), había estado presente anteriormente en una lista electoral relacionada con la Izquierda Abertzale, lo cual en ningún caso debería servir para anular sus derechos civiles y políticos como ciudadano, derechos éstos que le deberían supuestamente asegurar su capacidad para poder elegir y ser elegido democráticamente en unas elecciones libres. Las personas no se convierten en delincuentes por formar parte de ninguna lista política ilegalizada, eso no es ningún delito. Mucho menos esto debería poder ser excusa alguna para ilegalizar a toda la lista en conjunto por estar supuestamente contaminada. Pero el fascismo español es insaciable, no atiende a razones.

La propia Izquierda Abertzale emitió pocos días atrás un comunicado desvinculándose de esta lista, que nada tiene que ver con ellos más allá de algunos nexos ideológicos que puede haber entre ésta y algunos colectivos o personas que conforman la lista, como puede ser la voluntad anticapitalista, la defensa cerrada del derecho de autodeterminación o la oposición radical a la fascista ley de partidos que ahora está ilegalizando esta candidatura por la cara y sin ningún tipo de garantía jurídica que pueda amparar el derecho que sus miembros tienen a presentarse democráticamente en unas elecciones libres defendiendo las ideas que consideren oportunas. Precisamente los principios ideológicos que ahora se están declarando no aptos para ser defendidos libremente en democracia, es decir, ilegales.

Esta decisión se fundamenta únicamente en la lógica fascista del Estado que desde tantos años atrás nos viene asolando día tras día. Una lógica macabra que opera bajo la falacia denominada como reductio ad hitlerum. La expresión reductio ad hitlerum (Reducción a Hitler, falacia del tipo Cum hoc ergo propter hoc) o argumentum ad nazium fue creada originalmente por Leo Strauss, profesor de la Universidad de Chicago. Reductio ad hitlerum es una falacia de la forma "Adolf Hitler o el partido nazi apoyaban X; por lo tanto X debe ser malo" ("Hitler era partidario de beber agua en vaso, luego beber agua en vaso es malo"). En este caso el discurrir lógico de la justicia española para ilegalizar esta candidatura amparándose supuestamente en su vinculación con lo que ellos llaman ETA-Batasuna resulta evidente.

En el fondo, todos los que mirábamos con recelo la ley de partidos cada vez que ésta había sido aplicada en contra de los derechos políticos y civiles de los ciudadanos vascos, sabíamos que este momento, este salto cualitativo en la estrategia de represión a las ideas políticas que más incomodan al sistema establecido tanto económica como institucionalmente, tenía que llegar, que la cosa no se quedaría simplemente ahí y que antes o después todos aquellos que compartiésemos algún argumento político con la Izquierda Abertzale, especialmente desde posiciones de izquierda anticapitalista y soberanista, nos veríamos afectados igualmente por esta ley fascista. Como predecir el destino bajo este marco de fascismo encubierto resulta fácil, ahora se ha demostrado que nuestras sospechas estaban en lo cierto. El fascismo español es insaciable.

En la lista había gente de todos los rincones del Estado: vascos, catalanes, gallegos, andaluces, canarios, castellanos, aragoneses, asturianos, etc. Hasta ahí llega el supuesto “entorno” de ETA para la justicia española, es decir, hasta todos y cada uno de los rincones del Estado donde haya un ciudadano de izquierdas, anticapitalista, que defienda el derecho a la autodeterminación de los pueblos y que sepa ver con claridad que la ley de partidos es una ley fascista. Esto es, ni más ni menos, un proceso inquisitorial en toda regla, fascismo puro, fascismo insaciable.

Somos muchos miles los ciudadanos del Estado Español que teníamos pensado votar por esta candidatura que nos parecía totalmente acorde con nuestros planteamientos ideológicos, aunque pudiéramos tener algunas diferencias con unas u otras de las organizaciones que habían compuesto la coalición. Con esta decisión, el Tribunal Supremo Español ha conculcado nuestros derechos civiles y nos ha reducido a la categoría de ciudadanos sin derechos políticos, sólo por ser de izquierdas, anticapitalistas, apoyar el derecho de autodeterminación y denunciar la fascista ley de partidos sin tapujos. Ante tal hecho, me siento humillado en mi calidad de ciudadano, y completamente impotente ante este atropello con mayúsculas a mis derechos políticos y civiles.

Aunque ya hace tiempo que no solía hacerlo con normalidad, puedo asegurar que desde este mismo momento jamás volveré a hablar de España como una democracia, porque no lo es. Es un Estado Fascista que se camufla tras un rostro de supuestas libertades y ante cuya conculcación sistemática los ciudadanos no podemos hacer nada, salvo jodernos. Un fascismo insaciable.

Mi nombre aparece además vinculado a la firma de un manifiesto en apoyo a esta candidatura. Supongo que desde este momento, además de habérseme impedido votar por mis ideas de la manera más vil y ruin posible, de habérseme anulado mi condición de ciudadano libre con derechos políticos y civiles, estaré en alguna lista negra también como posible miembro del “entorno etarra”. Esta gente no olvida nunca nada, como se ha demostrado con las acusaciones vertidas sobre Dori Benegas, Ángeles Maestro y algún otro miembro de la lista por “haberse reunido con la izquierda Abertzale”, “haber pedido el voto para el PCTV” o “haber participado en actos públicos junto a Otegui”. No importa cuál sea el pensamiento de estas personas, el haber cometido estos “errores” en el pasado les acompañará para siempre cuando de hacer juicios inquisitoriales contra ellos se trata. Supongo que yo, y el resto de las personas que firmamos el manifiesto de apoyo a la iniciativa, por no hablar ya de quienes han formado parte de su lista electoral, desde este mismo momento pasamos también a formar parte de ese grupo de “apestados”, como muy acertadamente lo llamaba recientemente el Filósofo Santiago Alba en un artículo publicado en las páginas de Gara y aparecido después en Rebelión.org.

Pero nosotros, ciudadanos democráticos y de izquierda revolucionaria, tampoco olvidamos. Ya no es sólo que nadie me podrá convencer nunca más de que en el Estado Español existe algo parecido a una democracia sino que, en consecuencia, espero que nadie me vuelva a pedir jamás que, aunque yo nunca la practicaré por mis convicciones ideológicas pacifistas ni está entre mis deseos que nadie la practique, condene la violencia contra el Estado, porque la violencia política del Estado ya me ha condenado a mí de antemano, sin yo haber hecho nada, junto a cientos de miles de ciudadanos más que, por el simple hecho de tener alguna intención de dar su apoyo a esta candidatura, ahora pasan a ser sospechosos de cualquier cosa en general, y de ser terroristas o amigos de los terroristas en particular.

Cuando el fascismo se impone, el derecho a la resistencia es un deber del ciudadano. En España definitivamente ha quedado claro que el fascismo se impuso en 1936 y, desde entonces, con un modelo de régimen o con otro, no ha vuelto a abandonarnos. Ante eso cualquier forma de resistencia es legítima. Años llevan avisándonoslo nuestros compañeros de la Izquierda Abertzale, ahora me arrepiento de no haberles hecho antes todo el caso que merecían. Desde hoy me siento un poco más cercano a ellos y mucho más lejos de esos pulcros ciudadanos que me rodean por doquier, con su moral de pantomima, sus condenas baratas, y que ahora no moverán un dedo contra este atropello de mis derechos políticos y civiles, que también son los suyos, aunque no quieran verlo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pitad, Pitad fuerte


La ciudad de Valencia será la sede esta noche de la final de la Copa del Rey de fútbol en el Estadio de Mestalla. El F.C. Barcelona y el Athletic Club de Bilbao se juegan el primer título oficial de la temporada, en un partido que se prevé emocionante para los amantes de este deporte. Como no podía ser de otra manera, al frente del acontecimiento se situará un espectador de lujo: El rey Don Juan Carlos de Borbón, anfitrión de gala como cada año en este evento. No sabemos si acudirá sereno o con algunas copitas de más, pero estar, estará, eso es seguro. En cambio, el señor Zapatero ya ha comunicado que no acompañará a su majestad en el jolgorio, una pena. Se han oído rumores de que en su nombre mandará a los señores Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. Están por confirmar.

Otros que también se han apuntado al sarao son los dos flamantes presidentes autonómicos del P$OE (PSE y PSC, ja) que actualmente rigen los destinos de las respectivas CCAA que se van a ver representadas esta noche por algún equipo en el campo valenciano: Cataluña y País Vasco. Algo único y seguramente, salvo prolongación indefinida del apartheid político, irrepetible. El señor José Montilla, catalán aunque andaluz de nacimiento para más señas, y el señor Patxi López, vasco, vasco pese a todo, estarán codo con codo apoyando cada cual a sus respectivos colores: el rojo y gualda los del uno, y el gualda y rojo los del otro. Cualquier otro color con los que se les pueda identificar, pudiera resultar hasta molesto.

Junto a todos estos, y un sin fín más de personalidades de todo tipo, especialmente políticos agradecidos y burgueses de alto postín de una y otra ciudad, unos 25.000 aficionados de cada equipo llenarán a reventar las gradas del estadio. Una desgracia, habrán debido pensar todos los anteriormente nombrados.

Ya se sabe que tanto Barcelona como Bilbao, al igual que sus respectivas aficiones, no se distinguen precisamente por ser los rincones del Estado donde más aprecio se le tiene a la monarquía española, ni a la España misma. Que sus dos principales recintos deportivos acogieran respectivamente los partidos de ida y vuelta del reciente enfrentamiento entre las selecciones nacionales (aunque no oficiales) de Cataluña y País Vasco, lo dice todo. Aquelarre independentista lo llamaron entonces algunos. Ahora se temen que la orgía de brujas en plena noche valenciana, a orillas del Mediterráneo, vuelva a repetirse.

Resulta que el protocolo de la finalísima obliga (supongo que por ley del deporte o causa de fuerza mayor nacional-católica) a que una agrupación musical, no sabemos bien de donde, ponga música al evento, nada más y nada menos que tocando la archiconocida (y nunca los suficientemente tarareada) Marcha Real. Claro, en un ambiente así, ya se están temiendo lo peor: habrá pitada de envergadura. Casi tan sonada como la que se suele llevar el Real Madrid cada vez que visita el campo de alguno de estos dos equipos. O incluso más.

Para más Inri, varias organizaciones satánico-independentistas como 'Catalunya Acció' o la plataforma 'ESAIT' (Grupo de Opinión a favor de las Selecciones Vascas), han tenido la osadía de alcanzar un acuerdo en la mismísima Barcelona a través del cual se insta a los aficionados de uno y otro bando a que, en el glorioso momento de marras, den la espalda al campo y conviertan el acto en una protesta sonora (y suponemos que sonada) contra las instituciones del Estado Español. Por si acaso, desde la RFEF ya han dado las órdenes pertinente para que los altavoces echen fuego a todo volumen cual eco de Dioses en sus momentos de furia desmedida. Si habrá opción a contratar un seguro de salud auditiva en las puertas mismas del estadio es algo que de momento no ha trascendido.

La verdad, también es mala suerte; como no hay equipos en España, han tenido que llegar a la final justamente los dos que más fama tienen de ser anti-españoles. Ni que las fuerzas opresoras vasco-catalanas se hubieran dedicado a ilegalizar equipos en el camino a Valencia. Es que manda huevos, que dura es la vida.

Claro, ahora piden respeto por el himno nacional español, símbolo de la unidad de España y reflejo (ignoramos si directo o distorsionado) del pueblo español, dicen. Hemos de suponer que no se estarán refiriendo al mismo respeto que los aficionados que suelen seguir a la selección española de fútbol en Mundiales o Eurocopas allende las fronteras del Imperio han tenido por el himno nacional francés, el inglés, el italiano o más recientemente por el himno nacional de Turquía en el Bernabéu. Mientras los aficionados españoles silbaban los acordes del himno nacional de estos países, con los cuales, que se sepa, más allá de razones meramente xenófobas, no existen conflictos institucionales que justifiquen los pitos, a nadie entre la educada y respetuosa clase política española pareció importarle. Ahora ponen el grito el cielo. Será que España es lo primero y lo último, principio y final del mundo, única gran Nación merecedora de respeto por sus símbolos nacionales. Será eso.

Dicen también que no hay que mezclar el fútbol con la política, que no se deben politizar estos acontecimientos deportivos. Como si llamar “Copa del Rey” al torneo que se decide hoy no fuera una politización descarada del deporte. Como si el haber heredado gustosamente la "Copa del Generalísimo" para cambiarle el nombre según la nueva situación política del Estado no fuese ya una muestra de las intenciones políticas del nuevo régimen. En Francia, Portugal, Italia, y demás países tienen un torneo similar, y, que se sepa, no se llama "Copa del Presidente". En Inglaterra, que además tiene también una monarquía, igualmente disputan un torneo similar y tampoco se llama "Copa de la Reina". Pero España es diferente. Spain is different.

Así que que quieren que les diga, yo aún no he decidido si veré o no veré el partido, me suelo poner de los nervios y no sé si es muy recomendable para mi salud cardiovascular, pero, desde luego, el momento del himno no me lo pierdo. ¡Qué piten!, ¡Qué piten fuerte! Que piten en nombre de todos esos millones de ciudadanos del Estado que tienen que ser españoles sin querer serlo, sin posibilidad si quiera de tener un camino político real a través de cual poder expresar legítimamente sus aspiraciones y poder verlas materializadas en actos. Que piten también por aquellos otros que no quieren un Jefe del Estado elegido por la mano de un Dictador y consagrado por derecho de sangre. Que piten por la memoria histórica, por los muertos que aún perduran en las cunetas, por los que tuvieron que exiliarse y/o esconderse como ratas, por todos aquellos que lucharon contra un régimen tiránico en nombre de la libertad y que tuvieron que ver después como de aquellos lodos fascistas hemos tenido que tragar con estos barros borbónicos. Por todo ellos ¡Pitad!, ¡Pitad fuerte! A ver si al Borbón le revientan los oídos. O, mejor aún, a ver si tiene huevos de repetirle a 50.000 personas aquello del ¿por qué no te callas?

Y si los españoles de bien se escandalizan, pues tampoco será para tanto. Más escándalo les debería producir los 4 millones de parados, los ERE, la ilegalización de partidos y los pucherazos electorales, las agresiones policiales a inmigrantes, las catástrofes de los cayucos y de las pateras, los asesinatos fascistas, las guerras de “paz” en las que participan los ejércitos españoles, la corrupción generalizada del PP-SOE, los regalos millonarios a los bancos, el precio de las hipotecas, los créditos abusivos, el terrorismo de Estado, la negación del derecho de autodeterminación de los pueblos, la represión de los movimientos anti-fascistas, y ya ven, aquí nadie dice nunca nada. Así que de moralismos políticos, los justos.

¿Es usted tonto?


No, aunque lo parezca, con este artículo no pretendo parodiar el famoso eslogan publicitario de una no menos famosa cadena multinacional de venta al por menor de aparatos electrónicos de todo tipo. Todo lo contrario. La que lleva por título este artículo es una pregunta seria, directa, comprometida, estimulante y provocadora. Que como tal le exige una auto-respuesta no menos seria, directa y comprometida. Lo único que se le pide es que sea usted sincero consigo mismo. Sólo así su auto-respuesta le podrá ser también estimulante. Y sólo así podrá usted obviar la provocación que le estoy lanzando desde estas líneas. Porque, como a todo hijo de vecino, ¿es usted una de esas personas a la cual le molesta y le llena de indignación que la traten como si tuviera la misma inteligencia que una ameba, no? Lo doy por hecho.

Resulta que el pasado Jueves 07/05/09, el diario El País se hacía eco en sus sección de Internacionales de una noticia que nos hablaba sobre una resolución “consensuada” por algunos parlamentarios de la Eurocámara, en la cual se acusaba a la democracia venezolana de encontrases en un “serio riesgo de colapso”. “La Eurocámara expresa su "enorme" preocupación por el deterioro de la democracia en Venezuela” era el titular con el que el diario presentaba la noticia a sus lectores, acompañado por el subtitular “A juicio del Parlamento Europeo, la democracia venezolana se encuentra en grave riesgo de colapso por el autoritarismo creciente del presidente Hugo Chávez “. La misma noticia fue publicada un día después en su edición impresa, bajo el titular “La Eurocámara se solidariza con la oposición venezolana”. Evidentemente la noticia me resultó a primera vista impactante. Una institución de tanto prestigio internacional como el Parlamento Europeo condenando al gobierno de Chávez y advirtiendo sobre la deriva autoritaria del mismo y el peligro que éste supone de cara a la comunidad internacional en su conjunto. Casi nada. ¡Esta vez no podré atacar a El País, me tendré que conformar con criticar al Parlamento Europeo!, pensé tras leer los titulares. Parece que esta vez el diario El País no habría necesitado de ninguna artimaña mediática para desprestigiar a Chávez. La noticia se me presuponía seria y lo suficientemente importante como para ser publicada en los términos expuestos por el diario de marras en sus diferentes titulares. Había que leerla en profundidad.

Evidentemente lo primero que se me vino a la cabeza es que tal resolución debía haber sido impulsada y aprobada por la mayoría derechista de la Eurocámara. La noticia de El País confirma mis sospechas “"El deterioro de la situación y la calidad de la democracia" en Venezuela causa enorme preocupación al Parlamento Europeo. A su juicio, la democracia venezolana se encuentra en "grave riesgo de colapso" por la "concentración de poder y el autoritarismo creciente" del presidente del país, Hugo Chávez. Ésta es la resolución consensuada por los grupos Partido Popular Europeo, Liberal y Unión por la Europa de las Naciones, que mostraron su solidaridad con los líderes políticos de la oposición venezolana que son perseguidos por el Gobierno”. Todo correcto. Mi siguiente preocupación era saber por cuanto margen se había aprobado la resolución y si en ella había implicado algún grupo de los denominados “progresistas”. Leo la noticia hasta el final y no encuentro en ella ninguna alusión al número de votos emitidos y mucho menos al número de apoyos recibidos por la propuesta. Sonrío y pienso: ¡Aquí hay gato encerrado, esperaré unos días para ver publicada la verdad del asunto en Rebelión.org, Kaosenlared.net, aporrea.org o algún medio de comunicación por el estilo! Ya saben eso de que la experiencia es un grado; no me equivoqué.

El día 09/05/09 aparece en Rebelión la información que yo ya había dado por supuesta que aparecería: “El Parlamento Europeo condena a Venezuela”. Normalmente hubiera sido yo mismo quien acudiese a las propias fuentes oficiales del Parlamento Europeo o algo por el estilo para buscar la información que necesitaba conocer, pero esta vez preferí esperar y hacer un pequeño experimento sociológico: por un lado volver a comprobar, una vez más, que siempre que El País habla sobre Venezuela miente o manipula, aún cuando la noticia parezca lo más seria posible (y aún cuando en ese momento no tenía la evidencia sobre la mesa), y por otro lado que los medios alternativos no tardarían en poner de manifiesto esa mentira o manipulación. En ambos casos acerté de pleno. Resulta que la “impactante” resolución había sido aprobada, ni más ni menos, que por 27 parlamentarios de 785, el 3% del total. ¡27 diputados! La preocupación por la deriva autoritaria de Chávez y la solidaridad con la oposición venezolana de la que nos habla El País se reduce a un 3% de los europarlamentarios, todos ellos integrantes de partidos de derecha y extrema derecha. Creo que sobran más comentarios al respecto.

Ahora bien, dejando ya a un lado esta nueva muestra de manipulación informativa descarada, inevitablemente me surge la siguiente pregunta: ¿Cuál es el coeficiente intelectual que El País presupone que tienen las personas a las cuales van dirigidas este tipo de “noticias”? No me jodan. O nos toman por tontos, o nos toman por tontos. Sólo desde la presunción de un público que se deja engañar sin preguntar, de un lector que se deja tomar el pelo sin rechistar, de un receptor de la noticia sin la menor capacidad intelectual como para informarse más allá de las páginas del propio diario, de un consumidor de la información incapaz de hacerse preguntas críticas, se puede lanzar semejante muestra de aberración periodística. Cualquier profesor de primero de primaria valora más la altura intelectual de sus alumnos que los miembros del equipo redactor de El País que han decidido publicar esta noticia respecto de sus lectores. Sencillamente dan por hecho que sus lectores son tontos. Y lo peor es que igual hasta llevan razón en la mayoría de casos.

No pretendo yo aquí juzgar el nivel intelectual de nadie, Dios me libre. Pero también es verdad que hay ciertos comportamientos que si no se pueden encuadrar dentro del mundo de la intelectualidad baja o nula, desde luego que se le acercan mucho. La recepción acrítica de las noticias y demás informaciones llegadas sobre ciertos temas a través de los medios de comunicación de masas, es una de ellas. Las muestras diarias son más que evidentes. Si un determinado diario se dirige a usted como si fuese tonto, y usted únicamente se limita a comportarse como presupone tal medio de comunicación que lo hará, es decir, como un tonto, pues lo siento mucho si le ofendo, pero realmente es que usted es tonto. El silogismo es claro: Si un determinado medio de comunicación escribe sus noticias falseadas y/o manipuladas dando por hecho que usted se las creerá sin rechistar como un tonto, y usted va y se las cree sin rechistar, pues habrá que dar por hecho que el medio de comunicación en cuestión tiene razón ¿o no?

Ahora bien, si usted está leyendo estas líneas y se está sintiendo ofendido por ellas, por eso de ser usted uno de esos lectores que traga sin rechistar con la información vertida a diario desde falsimedia, siempre puede volver a preguntarse: ¿Soy tonto? Ya digo que doy por supuesto que es usted una de esas personas a la cual le molesta y le llena de indignación que la traten como si tuviera la misma inteligencia que una ameba, eso es algo que nos molesta a todos, o, al menos, debería hacerlo. Así que el asunto es claro: demuéstrese a sí mismo que de tonto no tiene nada. El tema es tan sencillo como empezar desde ya a analizar la información que recibe de manera crítica, no dejarse seducir por los titulares impactantes o los reportajes de postín, acudir a diversas fuentes de información donde contrastar la noticia y, sobre todo, visitar periódicamente aquellas webs donde la información de falsimedia es diseminada y puesta en evidencia a diario. No quepa duda que, como dijese el famoso profeta, “la verdad os hará libres”. Y en este caso también le ahorrará a usted tener que aguantar como en las redacciones de El País y demás medios por el estilo le tienen en su lista anónima de tontos útiles, entre las risas y carcajadas que se tienen que soltar por allí cada vez que publican alguna noticia del estilo de la analizada en este artículo.

Aunque claro, también puede usted, después de haber leído esto, seguir mirando para otro lado y seguir dejando sin rechistar que desde falsimedia le sigan tomando por tonto. Pero entonces no se ofenda tampoco si desde estas líneas se le llama igualmente tonto. Se lo tiene merecido.

P.D. Para los puntillosos, decir que tengo el mayor respeto por todas aquellas personas que, por unos u otros motivos, tienen algún tipo de problema de tipo intelectual o tienen unas capacidades intelectuales limitadas. Jamás los he visto ni los veré como personas inferiores o algo que remotamente se la parezca. Ninguno estamos libres de sufrir un percance que nos convierta de la noche a la mañana en uno de ellos. Tampoco de tener algún familiar en tales condiciones. Este artículo va dirigido a todas aquellas personas que, teniendo sus capacidades intelectuales intactas, se empeñan día a día en comportarse como si fuesen los mayores deficientes mentales del mundo. Usar la palabra tonto como eje de este artículo no es más que un recurso simbólico para plasmar un mensaje, quien no lo quiera entender así, allá él. No es mi problema.