viernes, 5 de junio de 2009

Groenlandia, ¡qué frío!


Groenlandia, ¡qué frío! Esa isla gigante que conocemos por los mapas del bachillerato y que con sólo nombrarla nos produce a todos un escalofrío. Nieve, hielo, osos polares, ¡qué frío! Dicen que viven unos cuantos esquimales que comen todos pescado crudo, ¡qué frío! Dicen que está bajo soberanía danesa, aunque si miramos su ubicación parece ser más americana que europea. Será por eso que no pertenece a la UE, ¡qué frío! Algún gracioso incluso dice que allí viven siempre como en las películas navideñas yanquis pero a lo bestia, ¡qué frío! De verdad, ¡qué frío!

Será por eso que la prensa española se ha quedado helada ante la celebración de las últimas elecciones autonómicas en la isla. Ni El País, ni El Mundo, ni Público, ni el ABC, ni La Razón, ni El Periódico ni La Vanguardia, ninguno de ellos parece tener mucho interés en la situación política de aquellas tierras heladas, ¡qué frío! Ninguno de ellos se ha dignado a escribir una sola línea para contarnos, aunque fuese de pasada, lo ocurrido con las elecciones del pasado martes. Ni si quiera el hecho de que Otegui se haya referido a ellas en un acto público parece haberles movilizado a curiosear un poco, ¡qué frío! Y casi mejor, porque conociendo los precedentes, seguramente de hacerlo, lo habrían hecho para pedir su ilegalización por ser parte del entorno de ETA, al menos aquel partido al que públicamente había felicitado Otegui por su victoria. ¡Qué frío!

Porque esa es la cosa, que en aquel lejano territorio no solo ha habido unas elecciones sino que hasta se ha proclamado a un ganador de las mismas: La IA. Pero no se asusten que no es la Izquierda Abertzale, sino Inuit Ataqatigiit, el partido, eso sí, de la izquierda independentista de la tierra, ¡que frío! Vale, apenas llegan a las 60.000 personas en todo el territorio, pero eso no quita para que una victoria de un partido de izquierdas sea siempre motivo de alegría. Resulta además que este partido apuesta decididamente por la independencia total de la isla respecto de Dinamarca. En un contexto político, por cierto, donde el derecho de autodeterminación está reconocido gracias a la ampliación del estatuto de autonomía que los groelandeses y groelandesas aprobaron por referéndum el pasado mes de Noviembre de 2008. Una ampliación que entrará en vigor el próximo 21 de Junio, ya con los independentistas en el poder autonómico. Lo que pase en adelante está por ver, pero, con estos datos sobre la mesa, a nadie le podrá extrañar que a no mucho tardar tengamos un nuevo Estado independiente en el mundo, ¡que frío! Un nuevo Estado que para más inri se podría separar democráticamente, gracias a la voluntad soberana de su pueblo, de un país actualmente miembro de la UE. ¡Qué frío!

Vale, yo tampoco tenía ni puta idea de que se habían celebrado unas elecciones en Groenlandia hasta que leí en algún sitio que Otegui había felicitado públicamente a la izquierda independentista de aquel territorio por su victoria, aunque sí sabía del reconocimiento del derecho a la autodeterminación del que gozaban desde el pasado año. Pero bueno, uno no puede saberlo todo y estar al tanto de cada elección que se celebre en el mundo. Se supone que para eso tenemos a la prensa, para informarnos ¿no? Claro, que yo los entiendo, con tanto frío se han quedado helados, tenían enviados especiales para cubrir los comicios, pero a los pobres se les han quedado las manos que ni las de una estatua. Imposible enviar sus crónicas y noticias de los acontecimientos, ¡qué frío!

Entre eso y que hablamos de un proceso democrático donde ha resultado ganador un partido de izquierdas que puede conducir a su pueblo, vía aplicación popular del derecho a la autodeterminación, a la independencia respecto de un Estado miembro de la UE, como para enterarnos. ¡Qué frío! Aunque, pensándolo bien, me da que si tal hecho hubiese sido en cualquier isla del Mediterráneo, de esas bajo soberanía de cualquier Estado de la UE, y a 30 o 35 grados de temperatura, tampoco nos hubiésemos enterado. Será que soy así de mal pensado. ¡Qué frío!

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